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629410CUANDO LOS NIÑOS DICEN: ¡BASTA!https://www.gandhi.com.mx/cuando-los-ni-os-dicen-basta/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/4048381/9789500383868.jpg?v=63842924859660000075149MXNLosadaInStock/Libros/No ficción//Libros/Es verdad, sin duda, que el niño tiene ante todo, y absolutamente, necesidad de padres que lo quieran bien, pero también lo es que él y su madre, en los apartamentos y en las ciudades de hoy, viven una experiencia de profunda soledad. Es verdad que el niño necesita encontrarse con otros niños desde los primeros meses de vida. Es verdad que el niño necesita jugar con otros niños. Los niños ya no dicen ¡basta! Y mucho menos ¡ya basta!, saben que éstas son frases propias de los mayores. ya basta es la frase típica de los educadores, de los policías municipales, de los padres para interrumpir las actividades preferidas de los niños, su recreo, sus juegos, su tiempo de ocio, y obligarlos a experiencias menos agradables y deseadas como las clases, los deberes o el sueño. El niño sabe que se le permiten y le resultan eficaces otros instrumentos para expresar su desacuerdo con algo: el capricho, el llanto, el mutismo, el rechazo del alimento, o bien los melindres, el chantaje.628416CUANDO LOS NIÑOS DICEN: ¡BASTA!75149https://www.gandhi.com.mx/cuando-los-ni-os-dicen-basta/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/4048381/9789500383868.jpg?v=638429248596600000InStockMXN1FITapa blanda2da Edición20039789500383868_Es verdad, sin duda, que el niño tiene ante todo, y absolutamente, necesidad de padres que lo quieran bien, pero también lo es que él y su madre, en los apartamentos y en las ciudades de hoy, viven una experiencia de profunda soledad. Es verdad que el niño necesita encontrarse con otros niños desde los primeros meses de vida. Es verdad que el niño necesita jugar con otros niños. Los niños ya no dicen ¡basta! Y mucho menos ¡ya basta!, saben que éstas son frases propias de los mayores. ya basta es la frase típica de los educadores, de los policías municipales, de los padres para interrumpir las actividades preferidas de los niños, su recreo, sus juegos, su tiempo de ocio, y obligarlos a experiencias menos agradables y deseadas como las clases, los deberes o el sueño. El niño sabe que se le permiten y le resultan eficaces otros instrumentos para expresar su desacuerdo con algo: el capricho, el llanto, el mutismo, el rechazo del alimento, o bien los melindres, el chantaje.9789500383868_Losada9789500383868_9789500383868Francesco TonucciEspañolArgentina32Losada