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2514907De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias 10https://www.gandhi.com.mx/de-sur-a-sur-revista-de-poesia-y-artes-literarias-10-1230004591184/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/2835998/6fc1a3a8-a8a3-41a1-aeba-e00e4fa082b7.jpg?v=6383845180509000004343MXNDe Sur a Sur EdicionesInStock/Ebooks/2451148De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias 104343https://www.gandhi.com.mx/de-sur-a-sur-revista-de-poesia-y-artes-literarias-10-1230004591184/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/2835998/6fc1a3a8-a8a3-41a1-aeba-e00e4fa082b7.jpg?v=638384518050900000InStockMXN99999DIEbook20211230004591184_W3siaWQiOiI1N2RjMDg4NC1lMzYyLTQ4MjAtYjNiZi1mMWRiZGVlZDcxN2QiLCJsaXN0UHJpY2UiOjQxLCJkaXNjb3VudCI6MCwic2VsbGluZ1ByaWNlIjo0MSwiaW5jbHVkZXNUYXgiOnRydWUsInByaWNlVHlwZSI6IklwcCIsImN1cnJlbmN5IjoiTVhOIiwiZnJvbSI6IjIwMjQtMTEtMThUMjM6MDA6MDBaIiwidG8iOiIyMDI0LTExLTMwVDIzOjU5OjU5WiIsInJlZ2lvbiI6Ik1YIiwiaXNQcmVvcmRlciI6ZmFsc2V9LHsiaWQiOiJlMWE2NjU3ZS1lN2M0LTQ4NjctOTZjYy1kZTQ5M2Y1NTI5MmYiLCJsaXN0UHJpY2UiOjQzLCJkaXNjb3VudCI6MCwic2VsbGluZ1ByaWNlIjo0MywiaW5jbHVkZXNUYXgiOnRydWUsInByaWNlVHlwZSI6IklwcCIsImN1cnJlbmN5IjoiTVhOIiwiZnJvbSI6IjIwMjQtMTItMDFUMDA6MDA6MDBaIiwicmVnaW9uIjoiTVgiLCJpc1ByZW9yZGVyIjpmYWxzZX1d1230004591184_<p>ISSN 2660-7239 (España)<br><br />De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias #10<br><br />CONTENIDO<br><br />Artículos literarios. Cuento. Narrativa. Microrrelato<br><br />Más leña al fuego: El disputado lugar de don Quijote y Sancho<br><br />Espacio, Tiempo, Energía y Materia<br><br />Ichiyo Higuchi<br><br />Instrucciones para matar a una rata<br><br />Le Juro que fue la luna <br><br />Tres relatos<br><br />La Voz de los Poetas<br><br />Saúl Ibargoyen. A un año de su partida<br><br />Andinismo en la azotea & El hueco en el zapato<br><br />Diario Poético. A la inmortalidad de Amado Nervo<br><br />Provocatio<br><br />Los hombres de un color <br><br />Selección de Poemas<br><br />Elocuencia de silencios <br><br />El pajarraco<br><br />Filosofía risueña<br><br />Las Únicas Alas<br><br />Lorena Avelar. Selección de Poemas<br><br />De Poeta a Poeta<br><br />Tres Poemas<br><br />El color de la vida<br><br />Reseñas – Entrevistas – Ensayos <br><br />Intimo Mar de Iliana Marún. Reseña<br><br />Sillas en la Frontera. Mujeres, teatro y migraciones<br><br />Nadie José Angel Valente<br><br />Hoy alguien dijo: "Eres rara". "Soy un poema", contesté. <br><br />Yo también soy ellas. Poesía Cubana de Yuray Tolentino Hevia<br><br />Las necesarias Sendas escabrosas de Yasmín Sierra Montes<br><br />La trampa. Libro de Lazara Ávila. Cuba<br><br />Lorena Avelar. El puente. Reseña<br><br />Entrevista a Zulma Nicolini Rollano<br><br />Entrevista a Yulkie Sánchez Molina (María Milnne)<br><br />Entrevista al poeta Pedro Enríquez<br><br />De poeta a poeta. Con Pedro Enríquez<br><br />Entrevista a Teresita Aguilar Mirambell<br><br />Actividades Literarias. Presentaciones. Eventos. Efemérides<br><br />Condición Terrenal<br><br />Premio Internacional de Poesía Manuel Salinas<br><br />XII Congreso de Escritores del Mercosur<br><br />'Ido el fauno... a don Francisco de Quevedo'<br><br />Socaire. Libro de poemas de Gloria Langle<br><br />Violencia Nuestra de cada día<br><br />El viaje de la rosa<br><br />Talleres de recitación, oratoria y recitales<br><br />El Indalo. Talismán cultural<br><br />Récord Guinness<br><br />Almudena Cámara<br><br />XII Tetada de Baza<br><br />Entrega de Premio Reinaldo Arenas de Poesía<br><br />Homenaje al poeta Marcos González Sedano<br><br />IES AL Andalus<br><br />El Gliptodonte en Casa Blanca. Marruecos<br><br />Códice PEN Internacional<br><br />Comentarios sobre la tetralogía de Matías Pérez<br><br />Alonso de Molina Premio Pámpanas Amarillas de Poesía<br><br />Bases para colaborar<br><br></p><p>EDITORIAL<br></p><p>El momento presente es el único tiempo que existe<br><br />Una noche larga que dura muchos meses y va a más. Hoy no son las diferencias ni el odio lo que nos separa. En el inicio de la pandemia, que no esperábamos fuera tan prolonga, tuvimos motivos para celebrar y celebramos, entre otros, el Día Mundial de la Poesía 21 marzo 2020, con una improvisada convocatoria en pleno estado de alarma, que obtuvo una singular respuesta por parte de 73 poetas de 16 países. Luego, el 21 de mayo tuvimos la oportunidad de celebrar, también online, el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo con participación de otro contingente de poetas de varios países. En junio, día 18, fue la poeta canadiense Anne Carson, sí, esta señora que afirma que "si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir", quien celebró su bien merecido Premio Princesa de Asturias de las Letras.<br><br />Pero la noche sigue siendo larga, la pandemia, sin formas de control ni sin vacuna, se estira más de lo esperado y va a más con toda su carga de desolación y muerte. Así en la vida como en la nada, nos sentimos inmersos en el vacío. No es que no existamos, es la ausencia de vida en la existencia. No es cuestión de obviar el corazón aparcando las emociones ni sentir que la realidad que hoy vivimos, es la verdadera pobreza de lo que somos.<br><br />Algo peor que las drogas fluye en nuestro organismo, encarnado en un mísero trozo de grasa en forma de corona. Ha venido un dios grasiento a purificar el planeta. La guerra y el fuego ya no nos basta para purificarnos.<br><br />No quedarán olas para cabalgarlas ni orillas donde posar nuestra parálisis. Demasiadas generaciones hambrientas, con un futuro lleno de remordimientos, famélicas, sin tener qué pensar si habrá un cambio, una transformación. Sentirte, a fin de todo mortal, amenazado por cualquier otro mortal, percibir que la muerte acecha, que el miedo nos iguala, que el miedo ya no es el supuesto enemigo, el adverso, el lejano, el distinto, el terrorista… que el miedo somos convivir unos junto a otros. Y el miedo da miedo porque nos potencia el odio y la distancia. Alguien va a matarme y ni siquiera él lo sabe.<br><br />La pandemia no sólo ha marcado este nefasto 2020, ha puesto de manifiesto grandes desigualdades y las ha incrementado, ha estigmatizado esta época. Muchas familias están sufriendo, de forma ineludible, la muerte insospechada de sus seres queridos, muchos han perdido el empleo, muchos otros se han visto abocados a cerrar sus pequeños negocios; muchísimos emprendimientos se han apagado sin siquiera ver luz.<br><br />No nos sentíamos amenazados, era impensable una pandemia del calibre que estamos viviendo, máximo cuando a principios de este nuevo milenio ya habíamos padecido al menos cuatro pandemias, todas con el mismo origen: un virus exclusivo de poblaciones animales que muta y en todos los casos se iniciaron con brotes regionales que se fueron expandiendo al resto de continentes. Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), la gripes aviar (H5N1) y la variante porcina (H1N1), hasta pandemia actual Covid-19. Algo está fallando en la maquinaria que dirige el mundo, en los gobiernos y en los organismos oficiales cuya misión es proteger a la población mundial; tal vez sobran estamentos y cargos gubernamentales y andamos escasos de operatividad, investigación y prevención.<br><br />Los estados de confinamiento y alarman, han propiciado que millones de personas hayan podido experimentar la angustia, la soledad del aislamiento humano y social y la incertidumbre del qué va a pasar.<br><br />Podremos, quién sabe de qué manera, reconstruirnos en nosotros mismos a nuestra propia imagen y seguiremos siendo un fiel de la balanza que se inclina al lado del incendio. Arrastramos los pasos, entramos al supermercado, a la oficina, al gimnasio, al bar o simplemente al cruzarnos con gente por la calle, hay gestos, un desnudo, llámale striptease de las sensaciones. Ya no hay necesidad de habitar ciudades que nacieron de la consternación del campo, ahora reclamamos el retorno, los espacios abiertos, amplios, en una huida hacia atrás de la masificación del hombre, pretendiendo el amparo de un entorno idealizado, aun siendo conscientes que la gran mayoría de los habitantes de las grandes ciudades no lo han conocido de primera línea.<br><br />¿Beso, abrazo, estrechar la mano, choque de codos o una inclinación de cabeza al estilo oriental? Los tradicionales saludos han quedado relegados a tiempos mejores. Abrazar, besar, estrechar las manos, será todo un desafío, un vértigo, un temblor, un miedo que nunca habríamos podido imaginar. ¿Y la práctica sexual?, sexo sin besos y mejor con las ventanas abiertas que se aireen la estancia y el pudor; y ya puestos, mejor al aire libre; otra vez huyendo hacia atrás, a los años 60, a la época jipi, pero la mente, comprimida, desconfiada, asfixiada, nos aleja de lo que en verdad somos: puros. El cuerpo, igualmente atrofiado, reinventando la rueda del ejercicio físico, pero tenemos una enorme sensación de merma y quebranto, de pérdida, y nos crece por dentro un foco de resistencia, un vacío que nos inhibe, nos excusa de vivir el presente sin mirar hacia adelante ni atrás, e intentas echarte a un lado, sin querer comprender que el aquí y ahora, vivir el momento presente, es un arte, que el momento presente, la atención plena, es el único tiempo que existe (gracias Taisen Deshimaru), y que nadie, salvo nosotros mismos, nos puede hacer plenamente felices y en esa tarea nos adaptamos y metemos poesía allá donde podamos abrir nuevos caminos en cada rincón de nuestro paso por esta vida, hoy, manifiestamente en jaque.<br><br />De todo esto, algo habremos podido ganar, dice la OMS por boca de su director, el biólogo etíope, Tedros Adhanom Ghebreyesus: la posibilidad de elegir […] y la oportunidad sin precedentes para unirnos todos contra un enemigo común, un enemigo de la humanidad. Quién sabe, si también la poesía, en estas nefastas circunstancias, ha podido aportar algo bueno; sabido es que la poesía es buena para la salud, tanto como comer una manzana al día, según la inefable poeta siria Marán al-Masri, pero no sabemos si también es bueno para los estados de insomnio, ansiedad y depresión; no obstante, y ya que el virus ha venido para quedarse un tiempo indeterminado, y todos, hay que decirlo, nos sentimos amenazados, esperemos que también, la poesía, sirva para ayudar a resolver, bien dicho Stephen Levine, “la negación que hacemos de la muerte y de nuestra resistencia a vivir la vida con toda la plenitud de su potencialidad”.<br><br />Estoy cansado. Tengo sueño y no puedo dormir. Tal vez el insomnio es todo lo que podamos llegar a soportar un rato antes de morir del todo.<br></p>(*_*)1230004591184_<p>ISSN 2660-7239 (España)<br><br />De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias #10<br><br />CONTENIDO<br><br />Artículos literarios. Cuento. Narrativa. Microrrelato<br><br />Más leña al fuego: El disputado lugar de don Quijote y Sancho<br><br />Espacio, Tiempo, Energía y Materia<br><br />Ichiyo Higuchi<br><br />Instrucciones para matar a una rata<br><br />Le Juro que fue la luna <br><br />Tres relatos<br><br />La Voz de los Poetas<br><br />Saúl Ibargoyen. A un año de su partida<br><br />Andinismo en la azotea & El hueco en el zapato<br><br />Diario Poético. A la inmortalidad de Amado Nervo<br><br />Provocatio<br><br />Los hombres de un color <br><br />Selección de Poemas<br><br />Elocuencia de silencios <br><br />El pajarraco<br><br />Filosofía risueña<br><br />Las Únicas Alas<br><br />Lorena Avelar. Selección de Poemas<br><br />De Poeta a Poeta<br><br />Tres Poemas<br><br />El color de la vida<br><br />Reseñas Entrevistas Ensayos <br><br />Intimo Mar de Iliana Marún. Reseña<br><br />Sillas en la Frontera. Mujeres, teatro y migraciones<br><br />Nadie José Angel Valente<br><br />Hoy alguien dijo: "Eres rara". "Soy un poema", contesté. <br><br />Yo también soy ellas. Poesía Cubana de Yuray Tolentino Hevia<br><br />Las necesarias Sendas escabrosas de Yasmín Sierra Montes<br><br />La trampa. Libro de Lazara Ávila. Cuba<br><br />Lorena Avelar. El puente. Reseña<br><br />Entrevista a Zulma Nicolini Rollano<br><br />Entrevista a Yulkie Sánchez Molina (María Milnne)<br><br />Entrevista al poeta Pedro Enríquez<br><br />De poeta a poeta. Con Pedro Enríquez<br><br />Entrevista a Teresita Aguilar Mirambell<br><br />Actividades Literarias. Presentaciones. Eventos. Efemérides<br><br />Condición Terrenal<br><br />Premio Internacional de Poesía Manuel Salinas<br><br />XII Congreso de Escritores del Mercosur<br><br />Ido el fauno... a don Francisco de Quevedo<br><br />Socaire. Libro de poemas de Gloria Langle<br><br />Violencia Nuestra de cada día<br><br />El viaje de la rosa<br><br />Talleres de recitación, oratoria y recitales<br><br />El Indalo. Talismán cultural<br><br />Récord Guinness<br><br />Almudena Cámara<br><br />XII Tetada de Baza<br><br />Entrega de Premio Reinaldo Arenas de Poesía<br><br />Homenaje al poeta Marcos González Sedano<br><br />IES AL Andalus<br><br />El Gliptodonte en Casa Blanca. Marruecos<br><br />Códice PEN Internacional<br><br />Comentarios sobre la tetralogía de Matías Pérez<br><br />Alonso de Molina Premio Pámpanas Amarillas de Poesía<br><br />Bases para colaborar<br><br></p><p>EDITORIAL<br></p><p>El momento presente es el único tiempo que existe<br><br />Una noche larga que dura muchos meses y va a más. Hoy no son las diferencias ni el odio lo que nos separa. En el inicio de la pandemia, que no esperábamos fuera tan prolonga, tuvimos motivos para celebrar y celebramos, entre otros, el Día Mundial de la Poesía 21 marzo 2020, con una improvisada convocatoria en pleno estado de alarma, que obtuvo una singular respuesta por parte de 73 poetas de 16 países. Luego, el 21 de mayo tuvimos la oportunidad de celebrar, también online, el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo con participación de otro contingente de poetas de varios países. En junio, día 18, fue la poeta canadiense Anne Carson, sí, esta señora que afirma que "si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir", quien celebró su bien merecido Premio Princesa de Asturias de las Letras.<br><br />Pero la noche sigue siendo larga, la pandemia, sin formas de control ni sin vacuna, se estira más de lo esperado y va a más con toda su carga de desolación y muerte. Así en la vida como en la nada, nos sentimos inmersos en el vacío. No es que no existamos, es la ausencia de vida en la existencia. No es cuestión de obviar el corazón aparcando las emociones ni sentir que la realidad que hoy vivimos, es la verdadera pobreza de lo que somos.<br><br />Algo peor que las drogas fluye en nuestro organismo, encarnado en un mísero trozo de grasa en forma de corona. Ha venido un dios grasiento a purificar el planeta. La guerra y el fuego ya no nos basta para purificarnos.<br><br />No quedarán olas para cabalgarlas ni orillas donde posar nuestra parálisis. Demasiadas generaciones hambrientas, con un futuro lleno de remordimientos, famélicas, sin tener qué pensar si habrá un cambio, una transformación. Sentirte, a fin de todo mortal, amenazado por cualquier otro mortal, percibir que la muerte acecha, que el miedo nos iguala, que el miedo ya no es el supuesto enemigo, el adverso, el lejano, el distinto, el terrorista que el miedo somos convivir unos junto a otros. Y el miedo da miedo porque nos potencia el odio y la distancia. Alguien va a matarme y ni siquiera él lo sabe.<br><br />La pandemia no sólo ha marcado este nefasto 2020, ha puesto de manifiesto grandes desigualdades y las ha incrementado, ha estigmatizado esta época. Muchas familias están sufriendo, de forma ineludible, la muerte insospechada de sus seres queridos, muchos han perdido el empleo, muchos otros se han visto abocados a cerrar sus pequeños negocios; muchísimos emprendimientos se han apagado sin siquiera ver luz.<br><br />No nos sentíamos amenazados, era impensable una pandemia del calibre que estamos viviendo, máximo cuando a principios de este nuevo milenio ya habíamos padecido al menos cuatro pandemias, todas con el mismo origen: un virus exclusivo de poblaciones animales que muta y en todos los casos se iniciaron con brotes regionales que se fueron expandiendo al resto de continentes. Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), la gripes aviar (H5N1) y la variante porcina (H1N1), hasta pandemia actual Covid-19. Algo está fallando en la maquinaria que dirige el mundo, en los gobiernos y en los organismos oficiales cuya misión es proteger a la población mundial; tal vez sobran estamentos y cargos gubernamentales y andamos escasos de operatividad, investigación y prevención.<br><br />Los estados de confinamiento y alarman, han propiciado que millones de personas hayan podido experimentar la angustia, la soledad del aislamiento humano y social y la incertidumbre del qué va a pasar.<br><br />Podremos, quién sabe de qué manera, reconstruirnos en nosotros mismos a nuestra propia imagen y seguiremos siendo un fiel de la balanza que se inclina al lado del incendio. Arrastramos los pasos, entramos al supermercado, a la oficina, al gimnasio, al bar o simplemente al cruzarnos con gente por la calle, hay gestos, un desnudo, llámale striptease de las sensaciones. Ya no hay necesidad de habitar ciudades que nacieron de la consternación del campo, ahora reclamamos el retorno, los espacios abiertos, amplios, en una huida hacia atrás de la masificación del hombre, pretendiendo el amparo de un entorno idealizado, aun siendo conscientes que la gran mayoría de los habitantes de las grandes ciudades no lo han conocido de primera línea.<br><br />¿Beso, abrazo, estrechar la mano, choque de codos o una inclinación de cabeza al estilo oriental? Los tradicionales saludos han quedado relegados a tiempos mejores. Abrazar, besar, estrechar las manos, será todo un desafío, un vértigo, un temblor, un miedo que nunca habríamos podido imaginar. ¿Y la práctica sexual?, sexo sin besos y mejor con las ventanas abiertas que se aireen la estancia y el pudor; y ya puestos, mejor al aire libre; otra vez huyendo hacia atrás, a los años 60, a la época jipi, pero la mente, comprimida, desconfiada, asfixiada, nos aleja de lo que en verdad somos: puros. El cuerpo, igualmente atrofiado, reinventando la rueda del ejercicio físico, pero tenemos una enorme sensación de merma y quebranto, de pérdida, y nos crece por dentro un foco de resistencia, un vacío que nos inhibe, nos excusa de vivir el presente sin mirar hacia adelante ni atrás, e intentas echarte a un lado, sin querer comprender que el aquí y ahora, vivir el momento presente, es un arte, que el momento presente, la atención plena, es el único tiempo que existe (gracias Taisen Deshimaru), y que nadie, salvo nosotros mismos, nos puede hacer plenamente felices y en esa tarea nos adaptamos y metemos poesía allá donde podamos abrir nuevos caminos en cada rincón de nuestro paso por esta vida, hoy, manifiestamente en jaque.<br><br />De todo esto, algo habremos podido ganar, dice la OMS por boca de su director, el biólogo etíope, Tedros Adhanom Ghebreyesus: la posibilidad de elegir [] y la oportunidad sin precedentes para unirnos todos contra un enemigo común, un enemigo de la humanidad. Quién sabe, si también la poesía, en estas nefastas circunstancias, ha podido aportar algo bueno; sabido es que la poesía es buena para la salud, tanto como comer una manzana al día, según la inefable poeta siria Marán al-Masri, pero no sabemos si también es bueno para los estados de insomnio, ansiedad y depresión; no obstante, y ya que el virus ha venido para quedarse un tiempo indeterminado, y todos, hay que decirlo, nos sentimos amenazados, esperemos que también, la poesía, sirva para ayudar a resolver, bien dicho Stephen Levine, la negación que hacemos de la muerte y de nuestra resistencia a vivir la vida con toda la plenitud de su potencialidad.<br><br />Estoy cansado. Tengo sueño y no puedo dormir. 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