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512354El canto del pájaro ciegohttps://www.gandhi.com.mx/el-canto-del-pajaro-ciego/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1821706/c7e5b153-5969-4117-ac7e-2124d4c266ed.jpg?v=638430251076800000234260MXNTextofiliaInStock/Libros/<span id="docs-internal-guid-ede99e75-7fff-0067-d56d-58cfdbdbcbeb"><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-top: 0pt; margin-bottom: 10pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: "Calendas Plus"; color: rgb(0, 0, 0); background-color: transparent; font-variant-numeric: normal; font-variant-east-asian: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Cervantes y Dostoievski conocieron la cárcel y El conde de Montecristo escapa de ella. Con tales antecedentes es fácil hablar de una vertiente carcelaria de la novela; m s relevante resulta subrayar que este g nero, en cualquiera de sus vertientes, hace las veces de laboratorio de la experiencia. Cuando leemos novelas, nos olvidamos de nosotros mismos y, por momentos, podemos experimentar otras vidas, sentirlas, examinarlas y en parte comprenderlas. Comprender es quiz la palabra clave de El canto del p jaro ciego: como actividad del espiritu, comprender significa entender, abrazar, contener y encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro. A esta justificación y naturalidad aspiran estas p ginas, plenas de fortaleza y esperanza, esas dos cosas con pelos y plumas.“Somos prisioneros del no hacer. El tiempo es nuestro verdugo”. Las palabras son de un preso, pero su sentido nos concierne a todos. Con esta novela, Bibiana Rivera Mansi nos invita a descubrir “la fuerza de las palabras” y a “no actuar como muertos cuando todav a estamos vivos”.</span></p><div><span style="font-size: 11pt; font-family: "Calendas Plus"; color: rgb(0, 0, 0); background-color: transparent; font-variant-numeric: normal; font-variant-east-asian: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br></span></div></span>509244El canto del pájaro ciego234260https://www.gandhi.com.mx/el-canto-del-pajaro-ciego/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1821706/c7e5b153-5969-4117-ac7e-2124d4c266ed.jpg?v=638430251076800000InStockMXN1FITapa blanda9a Edición20219786078713592_<span id="docs-internal-guid-ede99e75-7fff-0067-d56d-58cfdbdbcbeb"><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-top: 0pt; margin-bottom: 10pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: "Calendas Plus"; color: rgb(0, 0, 0); background-color: transparent; font-variant-numeric: normal; font-variant-east-asian: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Cervantes y Dostoievski conocieron la cárcel y El conde de Montecristo escapa de ella. Con tales antecedentes es fácil hablar de una vertiente carcelaria de la novela; m s relevante resulta subrayar que este g nero, en cualquiera de sus vertientes, hace las veces de laboratorio de la experiencia. Cuando leemos novelas, nos olvidamos de nosotros mismos y, por momentos, podemos experimentar otras vidas, sentirlas, examinarlas y en parte comprenderlas. Comprender es quiz la palabra clave de El canto del p jaro ciego: como actividad del espiritu, comprender significa entender, abrazar, contener y encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro. A esta justificación y naturalidad aspiran estas p ginas, plenas de fortaleza y esperanza, esas dos cosas con pelos y plumas.“Somos prisioneros del no hacer. El tiempo es nuestro verdugo”. Las palabras son de un preso, pero su sentido nos concierne a todos. Con esta novela, Bibiana Rivera Mansi nos invita a descubrir “la fuerza de las palabras” y a “no actuar como muertos cuando todav a estamos vivos”.</span></p><div><span style="font-size: 11pt; font-family: "Calendas Plus"; color: rgb(0, 0, 0); background-color: transparent; font-variant-numeric: normal; font-variant-east-asian: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br></span></div></span>9786078713592_Textofilia9786078713592_978607871359221.5000x15.0000x4.0000Bibiana Rivera MansiEspañolMéxico2021-07-01T00:00:00+00:0014421.500015.00004.0000Textofilia