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581466El cristal en la playahttps://www.gandhi.com.mx/el-cristal-en-la-playa/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1809805/75cab7d5-f9cb-4943-b0a8-7c2043444ac4.jpg?v=638429285595330000214214MXNEraInStock/Libros/Sustantivo tótem en la obra huertiana, el cristal simboliza como para los poetas del Siglo de Oro español una firmeza transparente, que a un tiempo permite ver y contener las materias del mundo. Y no sólo eso: ya azogado, dicho cristal refleja el mundo visto y contenido. ¿A qué otra cosa equivaldría la escritura sino a un juego de espejos enfrentados, donde las superficies reflejantes son honduras reflexivas? De ahí que David Huerta prefiera No escritura sino cristal / detrás del que la mano desmenuzaba inmateriales trituraciones / y abstraía, cortaba, refinaba los tajados ladrillos de las ideas.Con su maestría acostumbrada, Huerta desmenuza, abstrae, corta y refina el cristal de sus múltiples hallazgos. Versos que corren de la plaza pública a la celebración amorosa y al ensayo personal; odas a la morada perdurable del cuerpo y elegías sobre el avance zurdo / de la muerte; epigramas sobre la vida literaria y viñetas fantasmales del paisaje interior; endecasílabos sinfónicos y apuntes fragmentarios de cámara; poemas encontrados en los sitios más inverosímiles de la biblioteca y poemas donde el lector se acoge a la fastuosa hospitalidad de una voz íntima y civil: todo ello compone este nuevo catálogo de asombros.El cristal en la playa no sólo es una muestra mayor de la poesía de Huerta; es, asimismo, una asombrosa refracción de su prisma inagotable. A casi cincuenta años de El jardín de la luz, su primer libro publicado, David Huerta se consolida como uno de los poetas esenciales de nuestra lengua y nuestro tiempo.582438El cristal en la playa214214https://www.gandhi.com.mx/el-cristal-en-la-playa/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1809805/75cab7d5-f9cb-4943-b0a8-7c2043444ac4.jpg?v=638429285595330000InStockMXN10FITapa blanda1a Edición20199786074455434_Sustantivo tótem en la obra huertiana, el cristal simboliza como para los poetas del Siglo de Oro español una firmeza transparente, que a un tiempo permite ver y contener las materias del mundo. Y no sólo eso: ya azogado, dicho cristal refleja el mundo visto y contenido. ¿A qué otra cosa equivaldría la escritura sino a un juego de espejos enfrentados, donde las superficies reflejantes son honduras reflexivas? De ahí que David Huerta prefiera No escritura sino cristal / detrás del que la mano desmenuzaba inmateriales trituraciones / y abstraía, cortaba, refinaba los tajados ladrillos de las ideas.Con su maestría acostumbrada, Huerta desmenuza, abstrae, corta y refina el cristal de sus múltiples hallazgos. Versos que corren de la plaza pública a la celebración amorosa y al ensayo personal; odas a la morada perdurable del cuerpo y elegías sobre el avance zurdo / de la muerte; epigramas sobre la vida literaria y viñetas fantasmales del paisaje interior; endecasílabos sinfónicos y apuntes fragmentarios de cámara; poemas encontrados en los sitios más inverosímiles de la biblioteca y poemas donde el lector se acoge a la fastuosa hospitalidad de una voz íntima y civil: todo ello compone este nuevo catálogo de asombros.El cristal en la playa no sólo es una muestra mayor de la poesía de Huerta; es, asimismo, una asombrosa refracción de su prisma inagotable. A casi cincuenta años de El jardín de la luz, su primer libro publicado, David Huerta se consolida como uno de los poetas esenciales de nuestra lengua y nuestro tiempo.9786074455434_Era9786074455434_9786074455434140.0000x190.0000x6.0000David HuertaEspañolMéxico2019-12-11T00:00:00+00:0096140.0000190.000088.00006.0000Era