product
1062739El hombre rico y lazarohttps://www.gandhi.com.mx/el-hombre-rico-y-lazaro/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/665833/6a3efc56-fc76-4e47-9001-56886933bb68.jpg?v=6383357138034000005858MXNFELIPE CHAVARRO POLANÍA INCInStock/Ebooks/<p>Lucas 16:19-31</p><p>"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino fino, y que cada día tenía una vida muy rica. Pero había un mendigo llamado Lázaro, lleno de llagas, que estaba echado a su puerta, deseando que le dieran de comer las migajas que caían de la mesa del rico. Y los perros se acercaban y le lamían las llagas. Y sucedió que el mendigo murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. También el rico murió y fue enterrado. Estando en el Hades, alzó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno.</p><p>Entonces gritó y dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.</p><p>Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate de que en tu vida recibiste tus bienes, e igualmente Lázaro los males; pero ahora él es consolado y tú eres atormentado. Y además de todo esto, entre nosotros y vosotros hay fijado un gran abismo, de modo que los que quieren pasar de aquí a vosotros no pueden, ni los de allí pueden pasar a nosotros.</p><p>Entonces dijo: Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, no sea que ellos también vengan a este lugar de tormento.</p><p>Abraham le dijo: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.</p><p>Y él respondió: No, padre Abraham; pero si uno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.</p><p>Pero él le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque uno se levante de entre los muertos. "</p><p>Tal es la historia que nos da el propio Señor de estos dos hombres: el Rico y Lázaro. Digo historia, porque me inclino a pensar que es una historia, y no una parábola. Jesús la introduce con las palabras "Había". Había un cierto hombre rico, y había un cierto mendigo. Sea historia o parábola, sin embargo, las lecciones que nos enseña son las mismas; y que Dios el Espíritu Santo, por el gran nombre de Jesucristo, me permita señalarlas, y a ti, oh lector, recibirlas y aprovecharlas.</p>...1055913El hombre rico y lazaro5858https://www.gandhi.com.mx/el-hombre-rico-y-lazaro/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/665833/6a3efc56-fc76-4e47-9001-56886933bb68.jpg?v=638335713803400000InStockMXN99999DIEbook20229798215695203_W3siaWQiOiIxMDBiYzcyYS02ZWVkLTQ3NmMtOWI4Mi0xNzUzMGE4YmVhMmIiLCJsaXN0UHJpY2UiOjU4LCJkaXNjb3VudCI6MCwic2VsbGluZ1ByaWNlIjo1OCwiaW5jbHVkZXNUYXgiOnRydWUsInByaWNlVHlwZSI6IklwcCIsImN1cnJlbmN5IjoiTVhOIiwiZnJvbSI6IjIwMjUtMDgtMjlUMTg6MDA6MDBaIiwidG8iOiIyMDI1LTA5LTMwVDIzOjU5OjU5WiIsInJlZ2lvbiI6Ik1YIiwiaXNQcmVvcmRlciI6ZmFsc2V9LHsiaWQiOiIwNGRlZGZjMC02NTVmLTRmZDQtOWYyYy00YTk4YjUyODVkNzYiLCJsaXN0UHJpY2UiOjU2LCJkaXNjb3VudCI6MCwic2VsbGluZ1ByaWNlIjo1NiwiaW5jbHVkZXNUYXgiOnRydWUsInByaWNlVHlwZSI6IklwcCIsImN1cnJlbmN5IjoiTVhOIiwiZnJvbSI6IjIwMjUtMTAtMDFUMDA6MDA6MDBaIiwicmVnaW9uIjoiTVgiLCJpc1ByZW9yZGVyIjpmYWxzZX1d9798215695203_<p>Lucas 16:19-31</p><p>Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino fino, y que cada día tenía una vida muy rica. Pero había un mendigo llamado Lázaro, lleno de llagas, que estaba echado a su puerta, deseando que le dieran de comer las migajas que caían de la mesa del rico. Y los perros se acercaban y le lamían las llagas. Y sucedió que el mendigo murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. También el rico murió y fue enterrado. Estando en el Hades, alzó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno.</p><p>Entonces gritó y dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.</p><p>Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate de que en tu vida recibiste tus bienes, e igualmente Lázaro los males; pero ahora él es consolado y tú eres atormentado. Y además de todo esto, entre nosotros y vosotros hay fijado un gran abismo, de modo que los que quieren pasar de aquí a vosotros no pueden, ni los de allí pueden pasar a nosotros.</p><p>Entonces dijo: Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, no sea que ellos también vengan a este lugar de tormento.</p><p>Abraham le dijo: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.</p><p>Y él respondió: No, padre Abraham; pero si uno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.</p><p>Pero él le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque uno se levante de entre los muertos. </p><p>Tal es la historia que nos da el propio Señor de estos dos hombres: el Rico y Lázaro. Digo historia, porque me inclino a pensar que es una historia, y no una parábola. Jesús la introduce con las palabras Había. Había un cierto hombre rico, y había un cierto mendigo. Sea historia o parábola, sin embargo, las lecciones que nos enseña son las mismas; y que Dios el Espíritu Santo, por el gran nombre de Jesucristo, me permita señalarlas, y a ti, oh lector, recibirlas y aprovecharlas.</p>...(*_*)9798215695203_<p>Lucas 16:19-31</p><p>"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino fino, y que cada día tenía una vida muy rica. Pero había un mendigo llamado Lázaro, lleno de llagas, que estaba echado a su puerta, deseando que le dieran de comer las migajas que caían de la mesa del rico. Y los perros se acercaban y le lamían las llagas. Y sucedió que el mendigo murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. También el rico murió y fue enterrado. Estando en el Hades, alzó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno.</p><p>Entonces gritó y dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.</p><p>Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate de que en tu vida recibiste tus bienes, e igualmente Lázaro los males; pero ahora él es consolado y tú eres atormentado. Y además de todo esto, entre nosotros y vosotros hay fijado un gran abismo, de modo que los que quieren pasar de aquí a vosotros no pueden, ni los de allí pueden pasar a nosotros.</p><p>Entonces dijo: Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, no sea que ellos también vengan a este lugar de tormento.</p><p>Abraham le dijo: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.</p><p>Y él respondió: No, padre Abraham; pero si uno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.</p><p>Pero él le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque uno se levante de entre los muertos. "</p><p>Tal es la historia que nos da el propio Señor de estos dos hombres: el Rico y Lázaro. Digo historia, porque me inclino a pensar que es una historia, y no una parábola. Jesús la introduce con las palabras "Había". Había un cierto hombre rico, y había un cierto mendigo. Sea historia o parábola, sin embargo, las lecciones que nos enseña son las mismas; y que Dios el Espíritu Santo, por el gran nombre de Jesucristo, me permita señalarlas, y a ti, oh lector, recibirlas y aprovecharlas.</p>...9798215695203_FELIPE CHAVARRO POLANÍA INClibro_electonico_3be156db-64b1-35b6-9891-2f621d5ceff8_9798215695203;9798215695203_9798215695203BROWNLOW NORTHEspañolMéxicohttps://getbook.kobo.com/koboid-prod-public/draft2digital_ipp-epub-e018bfd5-0ceb-4128-a98f-ed77b9a3305f.epub2022-10-13T00:00:00+00:00FELIPE CHAVARRO POLANÍA INC