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615886EMILIANO ZAPATA: COMO LO VIERON LOS ZAPATISTAShttps://www.gandhi.com.mx/emiliano-zapata-como-lo-vieron-los-zapatistas/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1860273/caa3ac7c-fa36-486b-880e-7ad345e306de.jpg?v=638430302492930000MXNEdiciones TecoloteOutOfStock/Libros/Cuando Emiliano Zapata decidió pelear en favor de los campesinos recayó en él una responsabilidad que entonces no había imaginado, la de vengar un remoto agravio. La secular injusticia que agotaba sin extinguir a los poblados indígenas, y que se creía surgió en el momento de la conquista española en el tercer decenio del siglo XVI, podía resolverse violentamente con esa revolución de 1911. Con el tiempo, la rebelión de Zapata buscaría el equilibrio social a través de la práctica de la justicia y del apego a las leyes que derivaban del escrito fundamental de la lucha, el Plan de Ayala. Su triunfo parecía posible y prometedor: creyeron en una nueva vida para los pueblos de agricultores, al cerrar el último capítulo de un destino adverso y desgastante. Para Zapata y sus campesinos, esa su revolución era el fin de la historia. Durante treinta años, la vida de Emiliano Zapata parecía tranquila, simple, apenas con los sobresaltos de la política local y de una naturaleza pródiga cuyos raros quiebres, de cualquier manera, siempre afectaban la suerte de los agricultores. Nació el 8 de agosto de 1879, en el seno de una familia de pequeños propietarios de Anenecuilco, Morelos. Fue caballerango, dedicado a la siembra y cosecha en terrenos propios, inquieto por la fuerza de una modernización que solamente favorecía a los hacendados y, sobre todo, por la prepotencia contra los pueblos que, como el suyo, sufrían los embates de las haciendas, símbolos de la modernidad del campo mexicano al amanecer del siglo XX . Las circunstancias decidieron que representara a su pueblo en un litigio contra la hacienda de El Hospital,614053EMILIANO ZAPATA: COMO LO VIERON LOS ZAPATISTAS144180https://www.gandhi.com.mx/emiliano-zapata-como-lo-vieron-los-zapatistas/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1860273/caa3ac7c-fa36-486b-880e-7ad345e306de.jpg?v=638430302492930000OutOfStockMXN0FITapa blanda1a Edición20069789709718539_Cuando Emiliano Zapata decidió pelear en favor de los campesinos recayó en él una responsabilidad que entonces no había imaginado, la de vengar un remoto agravio. La secular injusticia que agotaba sin extinguir a los poblados indígenas, y que se creía surgió en el momento de la conquista española en el tercer decenio del siglo XVI, podía resolverse violentamente con esa revolución de 1911. Con el tiempo, la rebelión de Zapata buscaría el equilibrio social a través de la práctica de la justicia y del apego a las leyes que derivaban del escrito fundamental de la lucha, el Plan de Ayala. Su triunfo parecía posible y prometedor: creyeron en una nueva vida para los pueblos de agricultores, al cerrar el último capítulo de un destino adverso y desgastante. Para Zapata y sus campesinos, esa su revolución era el fin de la historia. Durante treinta años, la vida de Emiliano Zapata parecía tranquila, simple, apenas con los sobresaltos de la política local y de una naturaleza pródiga cuyos raros quiebres, de cualquier manera, siempre afectaban la suerte de los agricultores. Nació el 8 de agosto de 1879, en el seno de una familia de pequeños propietarios de Anenecuilco, Morelos. Fue caballerango, dedicado a la siembra y cosecha en terrenos propios, inquieto por la fuerza de una modernización que solamente favorecía a los hacendados y, sobre todo, por la prepotencia contra los pueblos que, como el suyo, sufrían los embates de las haciendas, símbolos de la modernidad del campo mexicano al amanecer del siglo XX . Las circunstancias decidieron que representara a su pueblo en un litigio contra la hacienda de El Hospital,9789709718539_Ediciones Tecolote9789709718539_978970971853928.9000x26.0000x0.5000Fernando RoblesEspañolMéxico5528.900026.0000150.00000.5000Ediciones Tecolote