product
57916La caja de pan durohttps://www.gandhi.com.mx/la-caja-de-pan-duro-1/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1829560/76b4cecd-4deb-48e7-a423-c11a0e6a776d.jpg?v=638339001792130000310310MXNALT autoresInStock/Libros/Durante cinco años escribí una columna diaria -La caja de Pandora- en las páginas dedicadas a la televisión en un periódico andaluz. Fueron cinco años de mi vida, pero también cerca de dos mil artículos, cinco kilos y medio de papel o un disco duro de los antiguos. Las primeras columnas fueron dictadas por teléfono y las últimas salieron zumbando por correo electrónico. Empecé picándolas a máquina y terminé redactándolas con ordenador, aunque siempre de mi puño y tecla. Muchas cosas cambiaron a lo largo de esos cinco años, pero la televisión sigue tal cual.En realidad, si a pesar del tiempo transcurrido me he atrevido a espigar algunas columnas de La caja de Pandora, es porque las mismas series, programas, películas, concursos, telecomedias y presentadores, vuelven con más bríos en abierto y codificado, a nivel nacional y autonómico, por cable y parabólica, en vídeo comunitario y televisión local. Parafraseando a Borges: Los anuncios son los mismos, solo cambian los detergentes y los nombres propios. De hecho, nadie se bañará dos veces en el mismo río, pero todos hemos chapoteado tropecientas veces en Verano azul. A Heráclito le faltó un telediario para descubrirlo.Con todo, los artículos aparecidos en periódicos tienen las mismas propiedades del pan duro: no sirven para comer, pero valen para empanar nuevas columnas o tiernos filetes. La caja de Pandora quiere ser esa caja de pan duro que uno ralla para darle de escribir a las palomas.57280La caja de pan duro310310https://www.gandhi.com.mx/la-caja-de-pan-duro-1/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1829560/76b4cecd-4deb-48e7-a423-c11a0e6a776d.jpg?v=638339001792130000InStockMXN99999PO_FograTapa blanda1a Edición20219788417400293_Durante cinco años escribí una columna diaria -La caja de Pandora- en las páginas dedicadas a la televisión en un periódico andaluz. Fueron cinco años de mi vida, pero también cerca de dos mil artículos, cinco kilos y medio de papel o un disco duro de los antiguos. Las primeras columnas fueron dictadas por teléfono y las últimas salieron zumbando por correo electrónico. Empecé picándolas a máquina y terminé redactándolas con ordenador, aunque siempre de mi puño y tecla. Muchas cosas cambiaron a lo largo de esos cinco años, pero la televisión sigue tal cual.En realidad, si a pesar del tiempo transcurrido me he atrevido a espigar algunas columnas de La caja de Pandora, es porque las mismas series, programas, películas, concursos, telecomedias y presentadores, vuelven con más bríos en abierto y codificado, a nivel nacional y autonómico, por cable y parabólica, en vídeo comunitario y televisión local. Parafraseando a Borges: Los anuncios son los mismos, solo cambian los detergentes y los nombres propios. De hecho, nadie se bañará dos veces en el mismo río, pero todos hemos chapoteado tropecientas veces en Verano azul. A Heráclito le faltó un telediario para descubrirlo.Con todo, los artículos aparecidos en periódicos tienen las mismas propiedades del pan duro: no sirven para comer, pero valen para empanar nuevas columnas o tiernos filetes. La caja de Pandora quiere ser esa caja de pan duro que uno ralla para darle de escribir a las palomas.9788417400293_ALT autoresimpresion_bajo_demanda9788417400293_9788417400293Fernando IwasakiEspañolMéxico2021-05-20T00:00:00+00:0035815.00000.470015.0000ALT autores