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577547La cola de la serpientehttps://www.gandhi.com.mx/la-cola-de-la-serpiente-2/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1810251/57e078bc-b232-4bf1-a571-956988edd8c1.jpg?v=638429210626200000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6602914/9786074218992.jpg?v=638653259453030000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6796403/9786074218992.jpg?v=638735931264830000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6830640/9786074218992.jpg?v=638742070259600000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6864794/9786074218992.jpg?v=638750967768430000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6871997/9786074218992.jpg?v=638751483046270000MXNTusquets editoresOutOfStock/Libros/Literatura y novelas//Libros//Libros/Premios/Premio Princesa de Asturías//Libros/Premios/<p>Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.</p>574549La cola de la serpiente268268https://www.gandhi.com.mx/la-cola-de-la-serpiente-2/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1810251/57e078bc-b232-4bf1-a571-956988edd8c1.jpg?v=638429210626200000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6602914/9786074218992.jpg?v=638653259453030000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6796403/9786074218992.jpg?v=638735931264830000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6830640/9786074218992.jpg?v=638742070259600000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6864794/9786074218992.jpg?v=638750967768430000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6871997/9786074218992.jpg?v=638751483046270000OutOfStockMXN0FITapa blanda1a Edición20179786074218992_<p>Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.</p>9786074218992_Tusquets editores9786074218992_9786074218992130.0000x200.0000x12.0000Leonardo PaduraEspañolMéxico2017-01-17T00:00:00+00:00192130.0000200.0000150.000012.0000Tusquets editores