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495283LA INTELIGENCIA HUMANA Y SU DESARROLLO NIÑOS INTELIGENTEShttps://www.gandhi.com.mx/la-inteligencia-humana-y-su-desarrollo-ni-os-inteligentes/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/4626676/9786070308024.jpg?v=638575530845030000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6555544/9786070308024.jpg?v=638639265095200000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6764116/9786070308024.jpg?v=638719663255500000338375MXNSiglo XXIInStock/Libros/Es correcto decir que el niño desarrolla su inteligencia gracias a la estimulación y a los amorosos cuidados que recibe de sus padres. También, afirmar que el conocimiento se origina en la interacción del niño con el mundo social, natural y cultural que le tocó vivir. Sin embargo, afirmaciones tan generales son de poca utilidad a la hora de traducirlas a la acción. Doy un ejemplo: Se ha recomendado —explica la OCDE— que los maestros y padres de familia provean un ambiente colorido, interesante y sensorialmente significativo para asegurar que un niño sea brillante. Esta vaguedad es claramente insuficiente. Debemos profundizar y comprender cómo se relacionan el niño, su propia experiencia vital, y la educación que le brindamos, en el proceso de construcción del conocimiento. Será productivo el esfuerzo que hagamos por analizar estas cuestiones. Hay dos buenas razones: un interés práctico —contribuir al desarrollo de la poderosa inteligencia de nuestros hijos— y, el mero placer que produce la comprensión de nuestro prodigioso intelecto.491317LA INTELIGENCIA HUMANA Y SU DESARROLLO NIÑOS INTELIGENTES338375https://www.gandhi.com.mx/la-inteligencia-humana-y-su-desarrollo-ni-os-inteligentes/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/4626676/9786070308024.jpg?v=638575530845030000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6555544/9786070308024.jpg?v=638639265095200000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6764116/9786070308024.jpg?v=638719663255500000InStockMXN1FITapa blanda1a Edición20179786070308024_Es correcto decir que el niño desarrolla su inteligencia gracias a la estimulación y a los amorosos cuidados que recibe de sus padres. También, afirmar que el conocimiento se origina en la interacción del niño con el mundo social, natural y cultural que le tocó vivir. Sin embargo, afirmaciones tan generales son de poca utilidad a la hora de traducirlas a la acción. Doy un ejemplo: Se ha recomendado —explica la OCDE— que los maestros y padres de familia provean un ambiente colorido, interesante y sensorialmente significativo para asegurar que un niño sea brillante. Esta vaguedad es claramente insuficiente. Debemos profundizar y comprender cómo se relacionan el niño, su propia experiencia vital, y la educación que le brindamos, en el proceso de construcción del conocimiento. Será productivo el esfuerzo que hagamos por analizar estas cuestiones. Hay dos buenas razones: un interés práctico —contribuir al desarrollo de la poderosa inteligencia de nuestros hijos— y, el mero placer que produce la comprensión de nuestro prodigioso intelecto.9786070308024_Siglo XXI9786070308024_9786070308024135.0000x210.0000x10.0000Luis Gadea de NicolásEspañolMéxico2017-01-01T00:00:00+00:00208135.0000210.0000235.000010.0000Siglo XXI