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465290Un viejo que leía novelas de amorhttps://www.gandhi.com.mx/un-viejo-que-leia-novelas-de-amor-1/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1809855/cbcb259f-833d-48a5-8629-922a36d9b89f.jpg?v=638494240863800000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6736570/9786074218022.jpg?v=638705671877930000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6763819/9786074218022.jpg?v=638719644642130000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6859142/9786074218022.jpg?v=638750613061830000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6864913/9786074218022.jpg?v=638750968314500000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6875771/9786074218022.jpg?v=638754052848400000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6876930/9786074218022.jpg?v=638756775045170000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6917510/9786074218022.jpg?v=638763584455670000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6943318/9786074218022.jpg?v=638767933845400000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/7093878/9786074218022.jpg?v=638815589485600000MXNTusquets editoresOutOfStock/Libros/<p>Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -del verdadero, del que hace sufrir- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías.</p>462595Un viejo que leía novelas de amor298298https://www.gandhi.com.mx/un-viejo-que-leia-novelas-de-amor-1/phttps://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/1809855/cbcb259f-833d-48a5-8629-922a36d9b89f.jpg?v=638494240863800000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6736570/9786074218022.jpg?v=638705671877930000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6763819/9786074218022.jpg?v=638719644642130000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6859142/9786074218022.jpg?v=638750613061830000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6864913/9786074218022.jpg?v=638750968314500000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6875771/9786074218022.jpg?v=638754052848400000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6876930/9786074218022.jpg?v=638756775045170000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6917510/9786074218022.jpg?v=638763584455670000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/6943318/9786074218022.jpg?v=638767933845400000https://gandhi.vtexassets.com/arquivos/ids/7093878/9786074218022.jpg?v=638815589485600000OutOfStockMXN0FITapa blanda1a Edición20169786074218022_<p>Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -del verdadero, del que hace sufrir- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías.</p>9786074218022_Tusquets editores9786074218022_9786074218022140.0000x210.0000x9.0000Luis SepúlvedaEspañolMéxico2016-05-12T00:00:00+00:00144140.0000210.0000140.00009.0000Tusquets editores